Formación de hábitos y rutinas
Es necesario el establecimiento de horarios y rutinas para continuar con la consistencia y el mundo
predecible del niño, rutinas a la hora de la comida, la higiene, el sueño, la
actividad, etc.
En muchas ocasiones la mala conducta de los niños
simplemente se deriva de la ausencia de rutinas claras que les indiquen lo que
se espera de ellos y en qué momento.
Los niños sin rutina
suelen manifestar ansiedad y son insaciables en las peticiones de horas de
juego y atención de los adultos.
Las rutinas no deben ser una esclavitud. Es válido romperlas
en momentos especiales.
La formación de hábitos:
Día con día los niños van estableciendo las bases de los
hábitos que van a formar parte de su conducta cotidiana: hábitos de limpieza,
orden, estilo de convivencia, alimentación, cortesía, consideración, etc.
Es una edad maleable,
si nos equivocamos podemos enmendar el rumbo. No hay niño desahuciado, se
adaptan y adecuan a un ambiente que empieza a contenerlos. Después puede ser
más difícil.
Esta etapa también
constituye un momento de gran responsabilidad para los papás. No es adecuado
permitir que se formen malos hábitos ahora, porque después los padeceremos y
los padecerá el niño mismo.
Recordemos que el
cariño y el apapacho, el cumplir sus gustos de vez en cuando no le hace daño si
es por el placer de la convivencia; lo que malcría y echa a perder es la falta
de límites, de estructura, y el resolverle toda la vida, no poniéndole retos
adecuados a su edad ni educando sus afectos, su tolerancia a la frustración, su
capacidad de espera, etc.
Su pensamiento lógico
está sembrando sus cimientos; su imaginación, su creatividad están formando su
auto-imagen, su autoestima, límites internos, hábitos y bases para la
convivencia.
Bibliografía:
Resumen del artículo formación de hábitos y rutinas del
libro ayudando a crecer, 3-6 años escrito por Ana Serrano, 37-38, 106 pp.