24 jun 2013

¿Qué me quieres decir bebé? ¡Te quiero entender!

Es duro, pero no siempre entendemos lo que nos dicen los bebés con sus gestos, su llanto, su emoción y su lenguaje corporal. Con frecuencia nos dejamos dominar por nuestra idea de lo que “debería ser” en un bebé y dejamos de observar lo que realmente está ocurriendo, lo que nos quiere decir.
Si llora, pensamos que no queremos fomentar un niño “llorón” y decidimos ignorarlo, si se enoja, pensamos que si permitimos el enojo, va a ser un niño violento y decidimos reprimirlo. También tenemos un “deber ser” como papás, queremos a toda costa ser buenos papás y eso nos lleva a dejar de ver realmente a nuestro bebé.
Los bebés, simplemente hablan el lenguaje de los bebés, que es por cierto universal e innato. Aderezado por el temperamento que ya viene empaquetado con él al nacer. (Más intenso o menos intenso).

Los bebés nos envían señales, estas señales expresan emociones y están conectadas a la supervivencia. Todos los bebés del mundo, en todas las culturas vemos la misma constelación de gestos, movimientos y manifestaciones de afectos. (Holinger).  Cada señal tiene una función específica y todas en conjunto sirven para relacionarse socialmente con el entorno, principalmente con nosotros los papás quienes somos los seres más importantes de su universo.
Los bebés (por cierto desde recién nacidos) manifiestan la misma constelación de emociones: Interés, Alegría, Sorpresa, Incomodidad o stress, Enojo, Miedo, vergüenza, y disgusto (por comida o por olores)
Estas manifestaciones son el embrión de su mundo afectivo. Contemplarlas con serenidad, nos puede ayudar a elaborar nuestro propio diccionario.
También, son muy sensibles a lo que decimos sin palabras. Nuestro interés, tono de voz, lenguaje corporal, nivel de ansiedad son registrados por el bebé y tienen un impacto en el cerebro afectivo.
La clave es la EMPATIA que es la habilidad de sentir lo que el otro está sintiendo, haciendo un esfuerzo de ponernos en los zapatos del otro.
Quizá pensamos que corremos el riesgo de malcriarlo, por responder a sus demandas. En realidad no es sobre atender, ni  consecuentar de más, es ESCUCHAR. Y aun cuando no podamos resolver el problema, por lo menos reflejar (eso sí, sinceramente) lo que pensamos que tiene el pequeño.

Síntesis del articulo ¿Qué me quieres decir bebé? ¡Te quiero entender!  De Ana Serrano

No hay comentarios:

Publicar un comentario