30 may 2013

El juego y los juguetes




El juego además de ser una actividad, ayuda al niño a desarrollar todas sus funciones psíquicas, físicas y  sociales.
Los niños desarrollan las múltiples facetas de su personalidad: aprenden a relacionarse con el entorno, desarrollan sus aspectos más creativos y perfeccionan sus múltiples habilidades ayudándoles a canalizar tanto su energía vital (física) como la mental y la emocional, lo que es de gran ayuda en su  desarrollo integral como personas completas facilitándoles su integración en el entorno social en que se mueven. En razón de eso hay que buscar el        juguete adecuado y estar muy conscientes del  papel que tendrá en el desarrollo del niño. 


El juego cambia a la medida que el niño va creciendo. Pronto el niño estará representando personajes, y podrá expresarse y comunicarse   libremente. Establecerá reglas a los juegos, ejercitando su capacidad de    autocontrol y autonomía.

Es jugando que el niño conoce el mundo y se conoce a sí mismo. No hay nada en la vida del niño que no pase por el “jugar”.

Antes de que pueda jugar solo, elegir juguetes y armar una escena de juego, el niño necesita jugar con los adultos significativos para él.


1 año

Desarrolla su habilidad manual, y aprende a caminar y a moverse con soltura. Se interesa por todo lo que se mueve (triciclos, hamacas). Le encanta meter objetos en cajas y recipientes para volver a sacarlos y jugar al escondite. Dice sus primeras palabras y siente fascinación por todo lo que emite sonidos, especialmente musicales, como el xilofón o los teclados infantiles. Necesita un desafío diario, juegos que lo impulsen a moverse, a ejercitar su fuerza y sus conocimientos del exterior. Teniendo la posibilidad de desplazarse a su antojo es capaz de investigar, tocar y probar todo lo que este a su alcance.

2 años

Mira y toca todo, corretea por la casa y quiere imitar las actividades de mamá y papá. Disfruta proponiéndose desafíos personales en los que intenta superarse día a día. Su capacidad de concentración le permite tener actividades mas reposadas. Las construcciones le proporcionan sentido de espacio, equilibrio y armonía. Los peluches lo ayudan a la hora de dormir.


3-4 años

La clave es la imaginación. Todo lo que incluye un elemento nuevo en su mundo interior es importante, así como las actividades que descarguen su adrenalina. Desarma todo lo que cae en sus manos para ver como funciona. Se interesa por las profesiones y por las diferencias de sexo. Empieza a identificar alguna letra y a desarrollar sus habilidades artísticas.
Los juguetes educativos son aquellos que ayudan al desarrollo armónico e integral de los chicos y a la vez divierten. Si el juguete no los entretiene, no sirve como instrumento de juego y tampoco es utilizado de forma didáctica. Es por esto que es sumamente importante proporcionar a los chicos juguetes que desarrollen la atención, la memoria o que faciliten a los más tímidos la sociabilización y a los más impulsivos el autocontrol.

5-6 años

Comienza a entender la lógica del mundo y a asociar conceptos que antes no relacionaba. Siente curiosidad por el otro sexo y elige a sus mejores amigos. Los juegos normativos les enseñan a perder y a desarrollar habilidades más intelectuales como la memoria y el aprendizaje.

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