9 dic 2013

Cómo inculcar la tradición de la Navidad en los pequeños

La Navidad representa una fecha idónea para involucrar a los pequeños en los festejos y hacerlos participes de las celebraciones.   La unión familiar debe ser la base para inculcar todo tipo de creencias, celebraciones y valores, propios de estas fechas especiales.  
Sin embargo, es necesario que tengan claro que no hace falta forzar las situaciones, ya que la Navidad es una experiencia cultural, por tal razón, se va incorporando a las tradiciones de la persona por medio de la repetición, el ejemplo y la importancia que para la familia tenga.
Al crecer, los niños harán las preguntas referentes a temas de mayor profundidad e irán incorporando a su vida las costumbres.

El tema de la Navidad se puede abordar de acuerdo con la edad del niño:

De 0 a 2 años. Los pequeños se incorporan en las tradiciones de la familia por medio de la observación y del gusto por las novedades de la época. Además, amplían el repertorio de su lenguaje con palabras nuevas referentes a la Navidad.
De 2 a 4 años. Los niños participan en la decoración: ayudan a armar el pesebre, el árbol y demás, lo cual se convierte en una experiencia gratificante  que los motiva a recibir la Navidad.
De 4 a 6 años. Los niños empiezan a valorar más la Navidad, pues ya la han vivido y eso los carga de expectativas y fantasías con respecto a cómo será la nueva.
De 6 a 8 años. En esta edad, independientemente de la religión de sus padres, empiezan a preguntarse y a reflexionar sobre temas más profundos referentes a la fe, la trad
ición católica y las creencias propias de su familia. 

La familia, lo más importante

Aunque la decoración de la casa tiene trascendencia, lo que resulta verdaderamente esencial es explicarles a los niños que esto se hace para dar muestra de festividad, de cambio y, sobre todo, de espíritu navideño, el cual no es otra cosa que la repetición de simbolismos que se han heredado de generación en generación y que se transmiten para conmemorar una fecha culturalmente especial.
Más allá de esto, la familia debe ser siempre la base de la socialización; por eso, la transmisión de creencias, valores y tradiciones hacen su aparición en el seno del hogar. De ahí que en las épocas navideñas, la familia busque siempre la cercanía con sus seres queridos para afianzar los lazos de amor, de amistad y de fraternidad.

¿Cómo responder y cómo explicarles el sentido de la tradición navideña?

1. Los padres deben conocer las raíces y significados de las tradiciones que se están inculcando en los niños, de esta forma les pueden enseñar y compartir las tradiciones con congruencia y fundamentos. Así que, lo primero es que los padres conozcan y tengan claridad sobre el significado que tiene la Navidad para ellos y sus familias.

2. Tomar en cuenta que no todas las familias, aunque compartan religión, festejan de la misma forma la Navidad o cuentan con las mismas pautas para manejar ciertos aspectos de esta festividad, lo cual se deberá explicar a los niños: "cada familia tiene su forma de creer o de festejar, y todas las formas son correctas".

3. Explicar a los niños que no todas las personas festejan la Navidad debido a que no todas las personas son de la misma religión.

4. Otra forma cada vez más común de festejar la Navidad es, lejos de los significados religiosos,  tomando en cuenta valores más universales como el amor, la generosidad o la unión familiar.

Conforme crecen los niños se podrá ir profundizando en los significados de las tradiciones y diferencias culturales y religiosas, así como en la importancia del respeto a la diversidad. Cuando los niños están en contacto directo con niños de otras religiones, tendrán más dudas que permitirán un mayor acercamiento a una educación en la tolerancia de la diversidad. 


14 oct 2013

Inteligencias multiples

Cada uno de nosotros nacemos con un diferente paquete que busca la oportunidad de desarrollarse. Nosotros crecimos y nos desarrollamos con la idea tradicional de inteligencia que era la habilidad para las matemáticas y tener un alto IQ.
Gardner nos propone un nuevo concepto de Inteligencia que se define como: Habilidad para resolver problemas, en un contexto sociocultural específico y nos da un ejemplo: si viviéramos en la edad de piedras de que serviría que alguien tuviera una gran habilidad para las matemáticas, nos serviría más el que tuviera una gran capacidad para poder cazar a un mamut y poder comer.
El mismo autor nos dice que existen dos ingredientes de la inteligencia: haber nacido con ella y la posibilidad de desarrollarla
Nuestro desafío como padres y maestros es descubrirlas desde en los más pequeñitos y darles cauce. Permitir que los niños experimenten éxito en sus áreas débiles y que tengan el desarrollo más pleno posible conservando su individualidad. Decir YO soy listo para… Que sean individuos competentes miembros activos y propositivos de la sociedad con habilidades para resolver problemas para aprender a aprender con capacidad de adaptación, de organización con sentido de pertenencia a su grupo sociocultural, a la vez que ciudadanos del mundo. Apreciadores y generadores de arte y de la cultura con actitudes de respeto e inclusión al género, a las diferencias culturales, a las habilidades especiales con valores cuidadosos de la tierra incluyentes de la diversidad y las capacidades diferentes que disfruten el presente con alegría que sean capaces de dar cariño.
El aprendizaje y el conocimiento deben de ser PLACENTEROS. Además de encender el cerebro, también hay que encender el CORAZÓN con las actividades que más le apasionen ya que hay un ingrediente afectivo.


Las Inteligencias Múltiples son:

·          Inteligencia Intrapersonal: son personas que se conocen a sí mismas, perseverantes, son muy observadoras e introspectivas. Se respetan y protegen a sí mismas. Necesitan de un tiempo para estar “consigo mismos” pueden llegar a pasar inadvertidos pero notar que realmente aprendieron. Encienden su cerebro y su corazón observando, reflexionando, saben decir como se sienten y expresan bien su mundo interno.


·         Inteligencia Interpersonal: son personas sociables, le gusta mucho estar con la gente, es sensible, facilidad para ser líder, le gusta hablar, conversar, compartir, prefiere estar en grupo, encienden su cerebro, y su corazón hablando, compartiendo, provocando juego, haciendo trabajo en grupo.

·          Inteligencia Verbal: son niños que aprenden a hablar pronto, les gustan las canciones, las rimas, los cuentos, inventan canciones y narran. Prenden sus cerebros y sus corazones con canciones, cuentos, historias y con espacios para expresarse verbalmente. Podemos diferenciar en inteligencia verbal oras y/o escrita o de lectura.


·          Inteligencia Lógico – Matemática: son niños que agrupan, clasifican, asocian, anticipan, sacan deducciones con facilidad, se apasionan con los números y las cuentas. Su cerebro y su corazón se activan con la exploración, con el registro de eventos y en el futuro, con la ciencia.

·          Inteligencia Naturalista: son niños cuya pasión está en la naturaleza, disfrutan mucho estar al aire libre, mirando la naturaleza, coleccionando bichitos, observando nubes. Su cerebro y su corazón se prenden en relación con la naturaleza.

·           Inteligencia Musical: niños que todo el día tararean, aprenden mejor cantando, les gusta la música, bailan con ritmo, hacen ruido todo el tiempo. Su cerebro y corazón se prenden con música.

·          Inteligencia Espacial: es la capacidad de representar el espacio y las imágenes en la cabeza, le gusta armar rompecabezas, armar y desarmar elementos, son buenos para dibujar, se orientan bien en el espacio, son imaginativos, capacidad de soñar despiertos, evocan imágenes con mucha facilidad. Su cerebro y corazón se prenden con dibujos, diagramas, construcciones, etc.

·          Inteligencia Kinésica: Disfrutan mucho del movimiento, son dueños de su cuerpo, movimientos coordinados tanto los gruesos como los finos, necesitan estar en continuo movimiento, tocar, construir, dramatizar, su cerebro y corazón se prenden con el movimiento.


22 ago 2013

CARACTERÍSTICAS DEL NIÑ@ EN EDAD PREESCOLAR


La etapa del desarrollo del niño en edad preescolar, es una etapa muy importante, si no la más significativa para formar la personalidad del individuo. En esta edad el niño o la niña esta cargado de imaginación, emoción y fantasía. Este periodo abarca desde los 3 hasta los 6 años.

PROCESOS DE PENSAMIENTO
Pensamiento egocéntrico: Todo lo ve desde su punto de vista. Y cree que si yo lo veo así, así debe de ser y las demás personas deben de ver y sentir lo mismo.
Su mente se ve dominada por imágenes: lo que sus ojos le dicen es lo que convence y se vuelve su razón.
Clasificación: le cuesta trabajo clasificar, por ejemplo: Para el niño, una manzana es una manzana, no una fruta.

·         Pensamiento sustancial, animista y mágico:
·         Los niños son científicos, lanzan hipótesis, tratando de explicar todo lo que les rodea.
·         Si yo tengo vida, todo lo que me rodea debe tener vida también.
Pueden golpear la pata de una mesa, la perciben como culpable de que se haya golpeado. Conforme van creciendo pueden diferenciar realmente lo animado de lo inanimado.
·         Es una etapa llena de rituales de protección.

Pensamiento transductivo:
• La imaginación
El niño imagina que es un león y se “siente un león”. Los objetos más insignificantes para nosotros los adultos pueden ser para ellos o representar algo extraordinario como una nave espacial. Su capacidad de recrear imágenes multisensoriales  es muy grande.
•Las mentiras
Las mentiras en edad preescolar, no tienen la función de engañar, es su forma de decir: “me gustaría que así fuera”, es una proyección de deseo. Evitar decirles que son mentirosos “eres un mentiroso” ya que se sienten incomprendidos porque su deseo es verdades y algo nos están queriendo dar a entender, lo mejor es decirle “hubiera sido muy bueno, te encantaría haber metido muchos goles…..” cuando el  niño dice metí 20 goles en el fútbol.
Aprendizaje operante:
Lo que me funciona lo vuelvo hacer, sin mayor implicación de valores o de razonamiento lógico. En los pequeños cuando algo les funciona, lo siguen haciendo. Su conducta tiene muchos de estos elementos funcionales,  con frecuencia el aprendizaje operante se da en conductas inadecuadas, como el llorar, gritar para todo.


Afortunadamente es una edad maleable que termina ajustándose a las nuevas circunstancias.  Esta etapa  constituye  un momento de gran responsabilidad   para los papas.

18 jul 2013

LA IMPORTANCIA DEL HORARIO PARA DORMIR

El sueño es una de las necesidades básicas más importantes. Es la forma en que el cuerpo y la mente recuperan las energías que se pierden durante el día. Se debe permitir que el niño duerma el tiempo que él desee, sobre todo si es menor de 4 años porque contribuye a su desarrollo y crecimiento.

Habituar a los pequeños a un horario uniforme de sueño, facilita su vida cotidiana. Los niños requieren dormir más horas debido a la actividad que realizan, es importante crearles un horario de sueño durante el día para que descansen y recuperen energías.
Sin embargo, conforme crecen, los niños no deben ser obligados a dormir durante el día, ya que su necesidad de sueño disminuye.
Por la noche debe establecerse un horario fijo para dormir.

Desde muy pequeños algunos niños duermen bien toda la noche, aunque a otros les cuesta tres o cuatro meses adaptarse.
Durante las primeras semanas de vida, el bebé se despierta de seis a ocho veces, tanto de día como de noche; poco a poco el tiempo en que el niño permanece despierto va aumentando y el tiempo de sueño nocturno se alarga, con ello su ritmo de vida se va adecuando al de los adultos.
 El no querer acostarse es un problema bastante frecuente en cuanto el niño aprende a caminar; pide vasos con agua, se despierta una y otra vez e incluso llora porque le asusta estar solo y extraña la tranquilidad que le producen las voces de sus padres.
El niño tiene que aprender que todas las actividades tienen un lugar y un momento adecuados.
Para evitar en lo posible los problemas a la hora de dormir se recomienda:

· Dormir al niño cuando haya perdido el interés por continuar despierto.
· Evitar despertarlo cuando está medio dormido o  amodorrado.
· Evitar regañarle o captar su atención por medio de juguetes poco antes de la hora de dormir.
· Cuidar la temperatura del cuarto donde el niño descansa.
· Proporcionarle seguridad y afecto antes de dormirle.  para ello se puede contar un cuento o cantar una canción.
· Procurar que el niño duerma siempre en el mismo lugar, en la misma posición, en el mismo horario y en la oscuridad para que los relacione con la hora del descanso y adquiera el hábito de dormir a sus horas.
· Evite realizar actividades de mucho movimiento o que inquieten al niño antes de dormir.

· Las preocupaciones de los padres respecto a las dificultades de sueño del niño, pueden tener fácil solución si se les trata adecuadamente.

1 jul 2013

CARACTERÍSTICAS DEL NIÑ@ DE 0 MESES A 1 AÑO


De 0 a 1 mes se observan básicamente conductas reflejas: deglución, actividad corporal, succión, etc.  Al llegar al mes fija la mirada en objetos por períodos cortos.
De 1 a 2 meses sigue con la mirada un objeto que se mueve dentro de su campo visual.
De 2 a 3 meses si se retira un objeto que el está viendo, continua mirándolo hacia el lugar donde desapareció, como esperando que reaparezca por él mismo lugar.
A los 3 meses mira el movimiento de sus manos, situadas frente a él en la línea media del cuerpo. También trata de alcanzar y tocar un objeto suspendido frente a él. A la misma edad, 3 meses, discrimina a su madre de otras personas.
Entre los 4 y 6 meses descubre los objetos que están parcialmente ocultos.
Alrededor de los 5 y 6 meses, es capaz de quitarse del  rostro  una tela. De igual manera al dejar caer un objeto en frente a él, no mira hacia el suelo al lugar en donde cae el objeto, sino que fija su mirada en la mano que lo lanza. También puede agarrar y soltar objetos voluntariamente.
Entre los 5 y 7 meses busca con su mirada objetos que desaparecen, mirando hacia el lugar en el cual desaparecieron.

Alrededor de los 6 y 8 meses, discrimina personas, objetos y situaciones conocidos y desconocidos. De igual forma puede imitar ademanes o gestos sencillos en esta edad.
Entre los 8 y 9 meses presenta las siguientes características: es capaz de anticipar eventos (por ejemplo, si observa que la madre toma su cartera, llora ante el hecho de que prevé la partida de la madre). Lanza los juguetes desde su cama, esperando que sean recogidos por otra persona. Hala la cuerda de un móvil para escuchar su música o ver sus movimientos. Aparta obstáculos para alcanzar un objeto. Imita acciones y gestos.
Alrededor de los 9 y 10 meses es capaz de buscar objetos que estén totalmente ocultos, aunque se observa una tendencia a buscar siempre en el mismo lugar.
A los 11 meses puede meter un objeto en una caja imitando al adulto.
Entre los 11 y 12 meses empuja tres bloques como si fueran un tren.

Como conclusión en esta edad se puede decir que el niño comienza a coordina lo que ve con lo que oye y sus ojos con sus manos. Agarra y ve; ve, agarra y chupa; oye, ve, agarra y chupa. Traslada objetos de un lugar a otro. Es muy explorador.

24 jun 2013

¿Qué me quieres decir bebé? ¡Te quiero entender!

Es duro, pero no siempre entendemos lo que nos dicen los bebés con sus gestos, su llanto, su emoción y su lenguaje corporal. Con frecuencia nos dejamos dominar por nuestra idea de lo que “debería ser” en un bebé y dejamos de observar lo que realmente está ocurriendo, lo que nos quiere decir.
Si llora, pensamos que no queremos fomentar un niño “llorón” y decidimos ignorarlo, si se enoja, pensamos que si permitimos el enojo, va a ser un niño violento y decidimos reprimirlo. También tenemos un “deber ser” como papás, queremos a toda costa ser buenos papás y eso nos lleva a dejar de ver realmente a nuestro bebé.
Los bebés, simplemente hablan el lenguaje de los bebés, que es por cierto universal e innato. Aderezado por el temperamento que ya viene empaquetado con él al nacer. (Más intenso o menos intenso).

Los bebés nos envían señales, estas señales expresan emociones y están conectadas a la supervivencia. Todos los bebés del mundo, en todas las culturas vemos la misma constelación de gestos, movimientos y manifestaciones de afectos. (Holinger).  Cada señal tiene una función específica y todas en conjunto sirven para relacionarse socialmente con el entorno, principalmente con nosotros los papás quienes somos los seres más importantes de su universo.
Los bebés (por cierto desde recién nacidos) manifiestan la misma constelación de emociones: Interés, Alegría, Sorpresa, Incomodidad o stress, Enojo, Miedo, vergüenza, y disgusto (por comida o por olores)
Estas manifestaciones son el embrión de su mundo afectivo. Contemplarlas con serenidad, nos puede ayudar a elaborar nuestro propio diccionario.
También, son muy sensibles a lo que decimos sin palabras. Nuestro interés, tono de voz, lenguaje corporal, nivel de ansiedad son registrados por el bebé y tienen un impacto en el cerebro afectivo.
La clave es la EMPATIA que es la habilidad de sentir lo que el otro está sintiendo, haciendo un esfuerzo de ponernos en los zapatos del otro.
Quizá pensamos que corremos el riesgo de malcriarlo, por responder a sus demandas. En realidad no es sobre atender, ni  consecuentar de más, es ESCUCHAR. Y aun cuando no podamos resolver el problema, por lo menos reflejar (eso sí, sinceramente) lo que pensamos que tiene el pequeño.

Síntesis del articulo ¿Qué me quieres decir bebé? ¡Te quiero entender!  De Ana Serrano

14 jun 2013

Despierta papá, despierta

Parece que los padres estamos fallando en el proceso de separación, individualidad y ayuda a los hijos a crear su propia independencia.  A eso se le podría llamar complejo de papá gallina.
Es curioso, lo que pasa es que confundimos lo que es el amor y nos dedicamos a hacer felices a nuestros hijos, a cumplirles sus caprichos, a resolverles la vida y no pensamos en prepararlos para una vida dura, así que nuestros hijos nunca aprenderán a ganarse la vida y a ser autosuficientes.  A eso se le llama hacerlos dependientes e inútiles.

Cada día los hijos pretextan su ayuda en las labores del hogar alegando que su única responsabilidad es el estudio, pero lo demás depende totalmente de sus padres. A eso se le llama ser mantenido.
En aras de una felicidad mal entendida queremos llenarlos de cosas materiales, se les compra la mejor ropa o los tenis mas caros, estudian en escuelas particulares, dinero para las discotecas, dinero para sus gastos, un carro si es posible, sin mencionar otros "compromisos económicos que ellos hacen"; los cuales no se ganan y lo más grave ellos piensan que es tu obligación.  A eso se le llama alcahuateria.
Te sacrificas en todos los sentidos para que tus hijos tengan lo mejor y nunca les quedas bien y lo que recibes por parte de ellos es: exigencias y egoísmo.

Les hemos dado tanto, que se creen merecedores de todo. No te piden... te exigen.
Les hemos dato tanta atención que se sienten el centro del universo, cargados de egoísmo creen que el mundo debe de girar a su alrededor y que lo único valioso, importante y primordial, son ellos. No les hacemos conciencia de su papel como individuos responsables.
Si yo como padre cumplo con el compromiso de cubrir sus necesidades personales, de salud y escolares... Ellos tienen que cumplir con el compromiso de sacar buenas calificaciones y colaborar en el hogar.
¿Qué está pasando con las nuevas generaciones?

Si miramos un poco hacia atrás y revisamos los años lejanos o cercanos a nuestra juventud, todo era muy diferente. 
No tenías teléfono celular... y no pasaba nada.
No tenías computadora... y te fletabas a mano.
Te conformabas con la ropa que te podían comprar y no por eso te sentías diferente ni descalificado por no usar la marca X ó Z.
Si te llamaban la atención, te negaban un permiso o te daban un coscorrón, de ninguna manera le faltabas el respeto a tu papá, ni mucho menos lo amenazabas.
Si te ibas a una tardeada, fiesta o reunión, te comprometías a regresar a una hora determinada, que tenías que cumplir te gustara o no, de lo contrario no había permisos para la siguiente.
Y eso no era motivo para emitir gritos, zapatazos y azotes de puerta, chantajes o tener durante una semana sonrisas fingidas o caras molestas.

En ese tiempo existía un valor muy importante que nos enseñaron desde pequeños, se llamaba: RESPETO.
Ahora no se conoce, no existe, no sabemos en qué  lugar estará o detrás de que mueble lo escondimos para que nuestros hijos no lo encuentren y mucho menos lo practiquen.
Había valores que eran preponderantes: uno era el orden, el otro la disciplina y otro la obediencia.
Hoy en día, algunos padres no ayudan a la tarea, si no que la hacen completa, y habiendo tanto libro e información a la mano, además te la buscan, lo único que les falta es ir a presentar el examen en el salón de clase.
Y todo este circo para que el chico no haga berrinche y no sufra una deshidratación a causa de sus lágrimas y lo más triste... "para mantener la paz social en el hogar", donde la solvencia y la autoridad de los padres hace mucho tiempo no existen.
Y qué decimos del hogar, donde para evitar conflictos y discusiones, como ya no funciona aquel estribillo de: Jorgito a la una, Jorgito a la dos, Jorgito a las dos y cuarto como si fuéramos reloj.   O el clásico "voy a contar hasta diez", va una, va dos...

Nos convertimos en el cómplice de nuestros hijos.
Eso sí, con la boca callada para no caerles gordos con tanta habladera y no les permitimos a nuestros niños que se desgasten ni siquiera recogiendo sus propios tiraderos.
Total para qué (pensamos), ellos por qué, si no tienen la culpa alguna de mis problemas, ellos no pidieron nacer.
En aquellos tiempos no te sobreprotegían, ni te solucionaban los problemas, tenías libertad hasta para cometer errores, lo cual te llevó a desarrollar un sentido de responsabilidad y de identidad. Eso se llama CRECER.

Dentro de este proceso de crecimiento no estaban exentos un coscorrón, un cinturonazo o una que otra nalgada bien puesta, misma que a nadie le ocasionó ningún trauma, por tratar de que obedecieras.
En aquellos tiempos la voz de tu padre se escuchaba con respeto, las órdenes de mamá se acataban sin protestar y los consejos de ellos no eran catalogados como cantaletas, rollos o monsergas. Ni le decías a tu papá "ya cállate" o el famoso "si, hombre, si". En aquellos tiempos los padres ponían los límites, las reglas y las condiciones y no tenían miedo de que el hijo o la hija les dijeran: es que aquí no me comprenden, la onda es diferente, no me dejan ser, tu no te metas, tu de que hablas, tu eres peor, o el típico "me voy de la casa". ¿Pues adonde te ibas a ir que te trataran mejor que en tu casa?
En aquellos tiempos los padres no tenían miedo de llamarte la atención y "que te enojaras". Total tenías dos costos enojarte y volverte a contentar.

En aquellos tiempos si no querías comer, te quedabas con hambre, porque no te daban dinero para comprar porquerías en la tienda de la esquina. Además para qué, si la mamá se levantaba temprano a prepararte el desayuno o tu lunch.
En aquellos tiempos tus padres no justificaban tus malas calificaciones, ni tu mal comportamiento en la escuela, ni la falta de respeto a los maestros, ni tu falta de colaboración y apoyo en tu casa.
En aquellos tiempos el padre decía no. Y no, quería decir NO.
En aquellos tiempos la figura paterna era muy diferente a la actual, en aquellos tiempos el amor, el respeto y la consideración... No daban cabida a los actuales calificativos: Mi papá está loco, ya está chocho, es un egoísta, está neurótico, es un fustrado, y quien sabe cuántos calificativos más. Mismos que me causan una gran pena, no sé si por quien los emite o por quien los recibe.

¿Qué vamos a hacer con los hijos de hoy?:
Egoístas, aprovechados, dependientes, irresponsables, irrespetuosos, groseros, estafadores económicos y emocionales. Si no les das dinero, inventan y te lo sacan o si pueden te lo roban, o de plano se enojan.
Si no les das permiso de salir, se enojan o les vale un verdadero sorbete y se salen. Si los reprendes te responden y no te escuchan, si tratas de buscarlos, te apagan el celular. Si sacan malas calificaciones, no les importa, total su papá es el que paga. Enséñales a pagar su propio dinero con honestidad, para que sepan lo que cuesta administrarlo y disfrutarlo. Enséñales a valorar la oportunidad del estudio, no todas las personas tienen el privilegio de prepararse, tener una profesión y formar un plan de vida equilibrado. Enséñales a respetar a sus semejantes para cuando tengan su pareja la sepan cultivar y procurar.

La igualdad entre hombres y mujeres no es faltarse al respeto, ni tener jerarquías ventajosas.
Enséñales a formar su escala de valores que los harán seres humanos de bien, útiles a su familia y a la sociedad. Hazles conciencia que los valores no han pasado de moda ni son piezas de museo.
Enséñales a quererse a sí mismos para que cuando tengan sus hijos, los amen y eduquen. Para que tengan credibilidad en la relación de pareja.
Piensa... ¿Qué vas a querer a cambio de un abrazo?

DESPIERTA PAPÁ DESPIERTA.

Vamos a ponernos las pilas, hagamos de nuestra escala de valores un estandarte, para que nuestros hijos aprendan lo que es el respeto, el compromiso, la honestidad, la humildad, la cortesía, la prudencia, la generosidad, el agradecimiento; y la nobleza de corazón...
Que los hará unos seres humanos de excelencia.


DESPUÉS DE TODO NO ES TAN DIFÍCIL.
 PRUEBA Y VERAS.

6 jun 2013

La responsabilidad de ser padre






¿Quién puede decir cómo debe ser un padre? Con seguridad nadie, porque la paternidad se aprende día con día. Muchas de las veces su función está ligada a la propia experiencia como hijos, las vivencias importantes  buenas y malas,  son algunos de los aspectos que influirán en la forma en como formemos a nuestros pequeños 

El hecho de que nos sintamos abrumados por múltiples preguntas, dudas y culpas acerca del modo en que educamos a nuestros hijos, es el resultado de vivir en un  momento de grandes cambios.
Encontrarse en una situación de incertidumbre y de replanteamiento, puede resultar muy positivo, pero a la vez puede derivar en una sensación de frustración, ya que los niños no esperan a que lo hayamos pensado todo. Ellos exigen una interacción y unas decisiones constantes que van a influirles tanto en el presente como en el futuro.  Del mismo modo que los bebés no esperan a que el mundo y nuestras vidas estén en perfecta armonía para nacer, los niños no esperan hasta que nosotros nos convirtamos en padres perfectos. De hecho es preferible que abandonemos la idea de perfección respecto a la educación de los hijos. Educarles es un proceso de crecimiento mutuo,   en el que los padres y los hijos crecen en escalas diferentes por medio de la interacción y los elementos que se aportan entre sí.
 
Sugerencias:

  • Planifica desde el deseo compartido.
  • Recuerda que no existe un manual que explique cómo ser padre.
  • Ten paciencia
  • Aprende de tus errores.
  • Busca apoyo en tu pareja y comparte tus miedos.
  • Educa con el ejemplo.
  • Demuéstrale a tu hijo lo mucho que lo quieres.
  • Comunícate con franqueza.

30 may 2013

El juego y los juguetes




El juego además de ser una actividad, ayuda al niño a desarrollar todas sus funciones psíquicas, físicas y  sociales.
Los niños desarrollan las múltiples facetas de su personalidad: aprenden a relacionarse con el entorno, desarrollan sus aspectos más creativos y perfeccionan sus múltiples habilidades ayudándoles a canalizar tanto su energía vital (física) como la mental y la emocional, lo que es de gran ayuda en su  desarrollo integral como personas completas facilitándoles su integración en el entorno social en que se mueven. En razón de eso hay que buscar el        juguete adecuado y estar muy conscientes del  papel que tendrá en el desarrollo del niño. 


El juego cambia a la medida que el niño va creciendo. Pronto el niño estará representando personajes, y podrá expresarse y comunicarse   libremente. Establecerá reglas a los juegos, ejercitando su capacidad de    autocontrol y autonomía.

Es jugando que el niño conoce el mundo y se conoce a sí mismo. No hay nada en la vida del niño que no pase por el “jugar”.

Antes de que pueda jugar solo, elegir juguetes y armar una escena de juego, el niño necesita jugar con los adultos significativos para él.


1 año

Desarrolla su habilidad manual, y aprende a caminar y a moverse con soltura. Se interesa por todo lo que se mueve (triciclos, hamacas). Le encanta meter objetos en cajas y recipientes para volver a sacarlos y jugar al escondite. Dice sus primeras palabras y siente fascinación por todo lo que emite sonidos, especialmente musicales, como el xilofón o los teclados infantiles. Necesita un desafío diario, juegos que lo impulsen a moverse, a ejercitar su fuerza y sus conocimientos del exterior. Teniendo la posibilidad de desplazarse a su antojo es capaz de investigar, tocar y probar todo lo que este a su alcance.

2 años

Mira y toca todo, corretea por la casa y quiere imitar las actividades de mamá y papá. Disfruta proponiéndose desafíos personales en los que intenta superarse día a día. Su capacidad de concentración le permite tener actividades mas reposadas. Las construcciones le proporcionan sentido de espacio, equilibrio y armonía. Los peluches lo ayudan a la hora de dormir.


3-4 años

La clave es la imaginación. Todo lo que incluye un elemento nuevo en su mundo interior es importante, así como las actividades que descarguen su adrenalina. Desarma todo lo que cae en sus manos para ver como funciona. Se interesa por las profesiones y por las diferencias de sexo. Empieza a identificar alguna letra y a desarrollar sus habilidades artísticas.
Los juguetes educativos son aquellos que ayudan al desarrollo armónico e integral de los chicos y a la vez divierten. Si el juguete no los entretiene, no sirve como instrumento de juego y tampoco es utilizado de forma didáctica. Es por esto que es sumamente importante proporcionar a los chicos juguetes que desarrollen la atención, la memoria o que faciliten a los más tímidos la sociabilización y a los más impulsivos el autocontrol.

5-6 años

Comienza a entender la lógica del mundo y a asociar conceptos que antes no relacionaba. Siente curiosidad por el otro sexo y elige a sus mejores amigos. Los juegos normativos les enseñan a perder y a desarrollar habilidades más intelectuales como la memoria y el aprendizaje.

23 may 2013

La importancia de la imaginación


Cuando los niños imaginan y “hacen de cuenta”, rompen una barrera mental importante. La habilidad de ser creativos e imaginativos permite al cerebro establecer conexiones entre distintas áreas de aprendizaje. La parte del cerebro encargada de la imaginación se ubica en los lóbulos frontales y también facilita la reflexión, la empatía, el juego y la creatividad.
Desde una perspectiva neurológica, cuando un niño da rienda suelta a su imaginación y creatividad, el cerebro procesa señales en un nivel superior: literalmente ve, percibe, oye y siente más del mundo. Las actividades imaginativas no deben verse nunca como un lujo, sino como una necesidad para el desarrollo integral.
 La capacidad de imaginar es la capacidad de pensar más allá.  Mientras que los niños crezcan y llegan a ser mayores utilizarán esta facultad para buscar soluciones para problemas difíciles tanto en su vida personal como su vida escolar, profesional, etc..

Razones por las cuales se debe de alentar la imaginación:
  • Capacidad de tomar el control

Cuando tu hijo finge ser un personaje en su juego pone en práctica cosas que ha aprendido y controla los resultados de las situaciones que crea. Historias en donde un pequeñito vence a una bruja malvada o es el héroe que rescata a unos animalitos le da la sensación de ser poderoso, capaz de resolver problemas y que puede tomar el control en situaciones difíciles.
  • Aprender reglas sociales

Llevarse bien con los demás niños de su edad es difícil para los pequeños en edad preescolar. Cuando tu hijo se junta con otros compañeritos a jugar en un arenero para construir un castillo mágico con arena, palitos y hojas, no sólo está explorando su mundo de fantasía sino que también está experimentando con reglas sociales reales acerca del compartir con los demás, esperar su turno, interacciones sociales y resolución de conflictos.
  • Resolución de problemas

Imaginar situaciones le enseña a tu hijo a pensar creativamente en la vida real. Estudios científicos muestran que los niños cuyos padres alientan su imaginación se vuelven más capaces de resolver problemas cuando crecen, teniendo más recursos para lidiar con desafíos y situaciones difíciles tanto en la niñez cuando son un poco más grandes, como en la adolescencia y la adultez.

16 may 2013

Educación afectiva


El afecto es de suma importancia en la vida del niño. Influye en el concepto de sí mismo, del que el niño se forma acerca de las demás personas y del medio ambiente, todo esto contribuye en su capacidad para adaptarse a la vida.
El niño expresa sus afectos a través de sus emociones, a través del llanto, por ejemplo expresa su sensación de desagrado o incomodidad, posteriormente su deseo de estar acompañado, etc.
Las emociones no solamente van a influir en su relación afectiva con las personas, sino también en su relación con los objetos, por ejemplo en el modo de usarlos en su juego. etc.                       

Dar afecto es el acto educativo más profundo de todos. En general, los niños son más sensibles al afecto. El trato frío y mecánico sólo ocasiona un desarrollo educativo lento y poco sólido.

¿Qué hacer?

Expresa  tu afecto de manera clara
Si en alguna ocasión es necesario llamarle la atención, esto no significa que después de haberlo hecho, no le hagamos una caricia o alguna broma acerca de la situación. Es importante reconocer que la convivencia que mantenemos con él a lo largo del día está llena de múltiples satisfacciones.

Reconoce logros y corrige errores de manera constructiva
Expresa tu emoción y tu gusto al verlo que avanza en su desarrollo personal, si percibes errores hazle sugerencias para mejorar. De esta manera estarás  estimulando su autoestima. Le enseñará que   nadie es perfecto, pero que todo logro, así sea pequeño, será  valioso.

Escucha  y  hazte entender de forma clara
Los malos entendidos son un fenómeno frecuente entre los seres humanos. Por lo general queremos escuchar aquello que nos conviene entender. En medio de un sin fin de palabras, nos ganan las emociones y las discusiones se vuelven absurdas. Por ello es recomendable no discutir con los niños, cuando quieran algo que no sea razonable para tal o cual momento.
En ocasiones nos preocupamos demasiado por lo que hacen los niños a solas, o no permitimos que realicen cosas que puedan causarles algún daño físico. Sin embargo, con esto restamos creatividad, independencia y seguridad, por eso, es aconsejable que aceptes  a tu niño tal como es.

Se  perseverante y ten mucha paciencia
Cuando se educa a un niño con mucho afecto y cariño, es sencillo ser perseverante y paciente. No es conveniente desesperarse y gritarle o reprimirle físicamente, lo mejor es hablarle con tranquilidad y explicarle que se puede aprender de los errores y los fracasos.

Bibliografía:

10 may 2013

Madre Chillona


Los libros sobre el afecto y la relación entre madres e hijos pequeños están de moda; incluso recientemente comienzan también a aparecer los padres, ahora amorosos y juguetones. En esta línea, un extraordinario álbum, traducido del alemán, enriquece el consistente catálogo de Lóguez. 
Madre chillona es una obra tierna y graciosa, pero, a su vez, impermeable a la banalidad con la que frecuentemente se presenta la afectividad de los pequeños.

Se inicia la narración. Una voz en primera persona introduce imágenes de gran potencia expresiva: “Esta mañana mi madre me chilló de tal forma que salí volando en pedazos”. En estas primeras líneas ya se identifica al narrador: un pequeño pingüino (de una edad cercana a la de los niños que aún caminan con torpeza). Este inicio también sitúan al lector en una situación de partida sumamente conflictiva: el desmembramiento del pequeño, que transcurre por los territorios de lo simbólico, la identidad y la metáfora.

La narración continúa. En las páginas pares está el texto -una voz que mantiene la identidad del personaje- que da cuenta del destino de cada una de las partes del cuerpo del pingüino. En las páginas impares están las ilustraciones, que muestran imágenes literales con relación al texto que, sin embargo, podrían ser clasificadas de surrealistas: una cabeza que vuela por el universo, un cuerpo que flota en el mar, unas alas de pingüino que vuelan por la selva tropical…

El grito de la madre ha “descompuesto” al pequeño pingüino. El desmembramiento es una metáfora para representar el sentimiento de angustia ante la inseguridad de no sentirse querido y no entender la reacción del otro. Es un sentimiento paralizante que le impide al pequeño pingüino buscar soluciones. Como no tienen cabeza, ni pico, ni alas, no puede gritar, ver, o aletear. La conciencia, es decir la noción de un yo íntegro, sólo está en la voz que construye una narración para darle forma a un movimiento interno que los niños pequeños aún no pueden expresar con palabras.

La voz sigue contando. Los pies, desorientados comienzan caminar sin rumbo: salen de una ciudad, llegan a un paisaje polar, donde son observados por la cabeza que flota en el universo y que, ahora, hace las veces de luna; llegan al desierto de Sahara al anochecer. Este recorrido de los pies introduce en la narración un elemento temporal que alude a que el estado de desmembramiento no es de larga duración. La narración simbólicamente transcurre de la mañana a la noche.

Llega el final. En el cálido y desolado paisaje desértico la madre viene a buscar a los pies. Poco a poco ha ido recogiendo las partes desmembradas del pequeño pingüino y las ha cosido como si fuera un muñeco de peluche, en una bellísima metáfora de lo que los psicoanalistas llamarían “reparación”. en un poético barco que atraviesa el desierto, la madre y el hijo reconstituido, emprenden un viaje hacia el sol poniente. Los pingüinos se unen en un cálido abrazo que se anticipaba, para tranquilidad de los pequeños lectores, en la página de título.

“Perdón”, ha dicho Madrechillona en la frase final, una fórmula con el poder de reparar las grietas que surgen en las relaciones humanas. Y aunque esta frase esté al final de una narración que tiene la duración psicológica de un día (de la mañana a la noche), hay indicios de que el tiempo transcurrido ha sido mucho más corto. Es así como la ilustración de la segunda página muestra una madre arrepentida desde el momento mismo en que percibe los efectos que sus gritos han tenido en el yo de su pequeño, ahora desmembrado. No hay una larga ruptura, aunque para el pequeño pingüino el tiempo y los espacios son enormes, la madre se ha arrepentido inmediatamente después de gritar.

Este libro no le teme a presentarles a los pequeños la afectividad con sus matices oscuros. Tampoco se amilana al desarrollar una narrativa en la que se pierde la coherencia individual y en su lugar, se presenta a un personaje desmembrado y dinámico. Es ésta una de las características principales que Moss (basándose en Lodge y Wollen) señala cuando explica las características de los álbumes atemperados con la postmodernidad.

Varios e importantes son los aciertos de este hermoso álbum. Creo que vale la pena nombrarlos: el abordaje de un sentimiento, la ansiedad, poco tratado en los libros para los muy pequeños ( y poco reconocido socialmente en la infancia). La creación, a través de la relación entre texto e ilustraciones, de imágenes potentes y de gran plasticidad que aluden a la experiencia de los niños. La secuenciación de estas imágenes en una narrativa bien trazada en la que se resuelve una situación inicial conflictiva. El humor tierno y reafirmante (por ejemplo en el correlato de la mamá-tigre con alas que el pequeño mira con espanto). La apelación a padres y niños que da la posibilidad de una lectura íntima y conjunta.

Pero sobre todo Madrechillona es una oferta literaria a niños muy pequeños que les propone iniciarse en la metáfora. En este caso, una metáfora de las emociones logra, con acierto, belleza (y sin edulcorantes) presentar un aspecto complejo de la experiencia humana y nuestra relación con los otros.

Jutta Bauer
Ilustraciones de la autora
Salamanca: Lóguez, 2001.

 La explicación  de Jenny Pavisic/psicoanalista

9 may 2013

Carta de una Mamá a sus Hijos


Siempre que quieren hablar de madres en la televisión muestran mujeres con niños en los brazos, sonrientes, dulces, cariñosas, sin una pizca de cansancio, espléndidamente maquilladas y a eso agregan maravillosas  frases de pósters.

¡¡Mentiras!!!

Las mamás no somos abnegadas amantes del sacrifico y aguerridas guerreras que todo lo pueden. Las mamás lloramos abrazadas a la almohada cuando nadie nos ve, pedimos la epidural en el parto y decimos groserías  en 17 idiomas cuando tenemos que poner el despertador a las 2 de la mañana para llamarles por teléfono o ir a buscarlos a una fiesta.
Cuando les decimos que no se peleen con ese compañerito que les dice 'enano' o 'cuatro ojos', y les damos toda clase de  explicaciones conciliatorias, en realidad querríamos tener el cuello del pequeño verdugo entre nuestras manos.
Y también pensamos que la vieja de geografía es un mal bicho cuando les baja las calificaciones, porque no saben cuántos metros mide el Aconcagua que, al final, a quién cuernos le importa. Pero no lo podemos decir.

No es que nos encante pasarnos horas en la cocina tratando de que el pescado no tenga gusto a pescado y disimulando las verduras en toda clase de brebajes, en lugar de tirar un pollo a la plancha.... Es que tenemos miedo de que no crezcan como se debe.

No es que nos preocupe realmente que se pongan o no un suéter... Es que tenemos miedo de que se enfermen.

No es que los queramos más cuando se bañan... Es que no queremos que nadie les diga sucios.

No lo hacemos por Uds. Lo hacemos por nosotras.

Porque ser mamá no tiene que ver con embarazos, pañales y sonrisas de aspirinitas. Tiene que ver con querer a alguien más que a una misma. Con ser capaz de cualquier cosa con tal de que ustedes no sufran
NADA, nunca, jamás.
Ustedes nos hacen felices....cuando les encantan nuestros guisos, cuando nos consideran sabias por contestar todas las preguntas de los concursos de la tele. Cuando vienen llorando a gritos porque se rasparon la rodilla y nos dan la posibilidad de darles consuelo y curitas. Cuando recién levantadas nos dicen, qué linda que estás, mamá.

Ustedes nos hacen mejores. Nos dan ganas y fuerzas.
Nos comeríamos un monstruo crudo antes de que les toque un dedito del pie.
Nos lavamos la cara y salimos del baño con una sonrisa de oreja a oreja para hacerles saber que la vida es buena, aunque nos vaya como la fregada...
Cantamos las canciones y vemos Barney y repasamos 500 veces la tabla del 2 y arreglamos el carburador para llevar a los niños a fútbol, a inglés, a dibujo, a la gimnasia, a básquet, a volley, a danzas, a la casa de la amiga, a la maestra particular, al dentista, al médico, a comprar un pantalón...
Y  armamos 24 bolsitas con anillitos, pulseritas y sorpresitas y tratamos de que la torta parezca un Pikachu y nos buscamos otro trabajo y sacamos créditos y nos compramos libros y vamos al psiquiatra y al pediatra y a los videos y negociamos con los maestros y los acreedores y recortamos figuritas y estudiamos junto a ustedes ríos, provincias, las capitales de los países de Europa y nos ponemos lindas y nos enojamos y nos reímos y nos salimos de quicio y nos convertimos en la bruja y la princesa de todos los cuentos....

...Sólo y exclusivamente para verlos felices.
 VERLOS FELICES ES LO QUE NOS HACE FELICES.

Ojalá pudiéramos pegar el mundo con cinta scotch para que fuera un lugar mejor para ustedes.
GRACIAS POR HACERME SU MAMÁ. GRACIAS POR HACERME TAN IMPORTANTE.
Gracias por los abrazos, los besos, las lágrimas, los dolores, los dientes de leche, las cartitas, los dibujos en la heladera, el antibiótico....Por tantas noches sin dormir, los boletines, las plantas rotas del jardín por jugar a la pelota, por mi maquillaje arruinado por ser usado para jugar a la mamá, por las fotos de la primaria. Son mis mejores medallas.
Gracias porque LOS AMO
Y ese, es el amor que me hace grande. LO DEMÁS ES MARKETING.

Isabel Allende